domingo, 22 de junio de 2014

Capítulo 8. Ojalá durara para siempre.

Ya había pasado media hora desde que saludamos a John y a Javi y no paraba de temblar ¿estamos tontos? Daniela y yo sí, demasiado)
No me gustaba nada esta sensación, lo estaba pasando realmente mal, me encontraba mal ¿¡POR QUÉ A MI!? VAYA GILIPOLLAS SOY DE VERDAD EH.

Si me he puesto así solo con verle, ¿que va a pasar cuando se acerque? y lo peor de todo es que ya hemos estado una tarde juntos, en fin, yo y mi retraso...
Gracias a Dios se me pasó rápido el tembleque pero no podía apartar la vista de John, era tan perfecto y tan mono y tan asdfghjklñ....

Aunque no estuviéramos hablando con ellos estábamos en el mismo lugar y les estábamos viendo, yo con eso era feliz, y Daniela igual.

-Oye, ¿vamos todos y todas a mi casa? -EH O SEA NO, DE AQUÍ NO NOS MUEVE NI UNA GRÚA HASTA QUE NO SE VAYAN

No iba a permitir que nos fuéramos de allí, y mucho menos volver a pasar delante de ellos, ya lo había pasado bastante mal la primera vez, así que intenté usar mi poder de convicción jeje.
-Pero Marcos, ¿no crees que será mejor que nos quedemos aquí ya que es verano? Es que para estar en una casa encerrados con el calor que hace...

Obviamente yo tenía razón, y los demás estaban de acuerdo conmigo, pero aquí el simpático tuvo que tocar los huevos un poquito y empezó a decir que el tenía piscina y que podíamos colarnos, que nunca iba ninguno de sus vecinos. Tócate un pie. 

Bueno, fue oír la palabra piscina y se levantaron todos de un salto, excepto Daniela y yo, que nos miramos con cara de "je je je.. no me quiero ir..."

-Venga chicas, levantaros.
-Es queeee.......
-Pf... a mí no me apetece ir.
-A mí tampoco.
-Venga joder levantaros que hemos ganado por mayoría.
-Bueno chicos, no pasa nada, ir vosotros y ya vamos nosotras luego
(Ni coña, era el plan perfecto, nos quedábamos Daniela y yo solas en la plaza y así se acercarían John y Javi ^^)

-Mmmmm venga vale, luego hablamos chicas.
-Si, si, luego hablamos...

En cuanto se fueron lo primero que hicimos fue reírnos, tampoco hacían mucha falta las palabras, nos decíamos todo con la mirada, o con un gesto, cuando estábamos con muchas personas y nos queríamos decir algo importante que no podía saber nadie nos mirábamos y ya sabíamos lo que estaba pensando la otra, era genial tener una amiga así, de verdad.

Empezamos a comentar sobre lo nerviosas que nos habíamos puesto cuando estábamos pasando por su lado al llegar a la plaza.
Ellos estaban con sus coches y empezaron a poner la música altísima. Uff, ojalá tuviera un coche o un novio con coche ;)

El 90% de las canciones que ponían nos las sabíamos Daniela y yo, eso de que compartiéramos la misma música nos hacía mucha ilusión. Gilipolleces. Y lo peor de todo era que cuando escuchara esas canciones en mi casa me acordaría de ellos. Cosa que acaba siendo una tortura.

Y así, de repente, sonó, mi nueva canción preferida, la mía y la de Daniela, aquella canción tan perfecta que encajaba a la perfección con nuestros pensamientos, era sin duda nuestra canción, la canción de los cuatro. 
Ok, vale, sí, solo lo sabíamos Daniela y yo pero era la canción de los cuator, en el fondo de su corazón seguro que también piensan igual (no).

Mi corazón empezó a latir más deprisa, y solo por una canción. Daniela y yo nos miramos con cara de drogadas enamoradas y soltamos un leve suspiro, madre mía, que canción más mágica...

Empezamos a mirarles fijamente, que buenos estaban ofú, de toda la gente que había en la plaza (que era mucha) ellos sin duda eran los que más destacaban, los más perfectos.
Pasamos allí mucho tiempo, y una de las veces que les miré, vi que nos estaban mirando fijamente, MADRE TÚ MI CORAZÓN

-Tía tía tía nos están mirando todos fijamente.
-¿Qué dices?
-¡¡NNNNOOOOO!! ¡¡NO TE DES LA VUELTA QUE ES UN CANTEO!!

Típica escena ridícula que tenemos Daniela y yo. Nos ponemos una frente de la otra y hacemos como si estuviéramos hablando de cosas interesantes y como si estuviéramos hablando de cosas interesantes y como si nos estuviéramos mirando la una a la otra, pero no, en realidad una de las dos mira intrigada a la otra preguntando ¿están mirando? ¿quienes están mirando? ¿siguen mirando? ¿puedo girarme? mientras que la otra mira disimuladamente a los chicos diciendo: sí, no, ¡date la vuelta corre! ¡mira ahora que no te ven!, etc, etc. 

Como no estamos cerca de ellos es imposible que sepan que les estamos mirando, y así podemos vigilar sus movimientos.

El caso es, que no paraban de hablar y de mirarnos, cada vez nos estábamos poniendo más nerviosas, ¿vendrán? ¿nos dirán algo?

Nos empieza a silbar Javi, oh Dios mío.
-Tía, Nuria, ¿nos están silbando a nosotras?
-Ay tía, me da que sí. ¿Qué hacemos?
-Pf ni idea tía me estoy poniendo muy nerviosa Dios

Les empezamos a mirar cual gilipollas, menos mal que a Javi se le ocurrió la idea de decirnos que fuéramos con la mano. 
Daniela y yo nos miramos, nos levantamos cual patos mareados y empezamos a ir hacia ellos.
-¡Tía! creo que me he ensuciado el culo con la tierra de la piedra.
-A ver espera que me pongo detrás para mirar, ponte delante.
-Vale.
-No tienes nada tía, está muy limpio, ¿y yo? 
-A ver espera... no, no tienes nada.